de Carme Riera
Escogí este libro porqué además de ser una de las novedades literarias del 2013 y uno de los libros recomendados por las librerías y bibliotecas, me gustó mucho el título y la portada del libro: una niña mirando por el balcón, imagen que emana inocencia, por lo que tiene sentido el título del libro.
Carme Riera (Mallorca, 1948), una autora desconocida para mí, es catedrática de literatura española y escritora en lengua catalana que se dio a conocer en el año 1975 con la publicación del libro "Te deix, amor, la mar com a penyora", escrito en mallorquín y que se traduce como Te dejo amor, el mar como prenda, considerado como un best-seller de literatura catalana.
En esta novela Carme Riera nos explica a modo autobiográfico, como fueron sus primeros diez años de vida en su Mallorca natal, pero no desde un punto de vista infantil sino des de la madurez. Es un libro donde la autora recuerda sus vivencias y las personas importantes de su vida, como son su padre, su abuela, su abuelo Pau, su tia, etc. así como las sensaciones, añoranzas, olores, personajes de la infancia, eventos, etc. vividas en aquella época.
SÍNTESIS: La protagonista de esta historia es una niña que odia los espejos porque no es guapa como su madre. Se parece tanto a su padre que cree que en cualquier momento también le saldrá bigote. Lo que más le gusta es escuchar detrás de las puertas y mirar por el balcón a los niños que juegan en la calle, a la que no le permiten bajar. La abuela le cuenta historias que desbordan su imaginación y la impulsan a otras fabulaciones. Algunas tienen que ver con los horrores del infierno e incluso con la posibilidad de que le salga una joroba a causa de sus pecados.
En un principio escogí el libro no solo por lo que cuento al principio, por su portada y título, sino también porqué me imaginé que sería un libro tipo
"Cuando yo tenía cinco años me maté" de Buton, cuya lectura ya comenté en este blog,
protagonizado por un niño y narrado desde un punto de vista infantil, pero tengo que decir que no es así, son libros muy distintos. Mientras que el libro de Buton es más emocionante, donde es un niño el que narra unos sucesos duros de su vida en primera persona, y des del punto de vista del mismo niño, Riera lo hace des de el punto de vista de un adulto, de ella misma ya adulta, y no narra un suceso con un principio y un fin, sino varios recuerdos de su vida divididos en capítulos, cada recuerdo es un capítulo.
En mi opinión, es un libro tierno, bonito y corto, centrado en los recuerdos de la autora. No hay más. Para aquellos que busquéis una historia emocionante no os lo recomiendo.
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